viernes, 24 de julio de 2015
Aunque estén los días nublados
Aunque estén los días nublados, no importa. Afuera está el día gris. Hace frío y hay mucho viento. Sé que tú estás trabajando. No importa que tardes. Yo te espero. Soy paciente. Desde tu partida en las mañanas hasta tu llegada en las noches. Aunque estén los días nublados afuera. Aquí en casa te espero. Porque aunque estés fuera, estás dentro. Tu perfume, el de tu piel, el de tu cabello, impregnado en mi cuarto, como si aquí estuvieras. Y aquí estás en todo. En la ventana del cuarto, en los muebles, en la luz de las lámparas, y en tu ropa resguardada en el ropero. Este olor de jardín que abandonas en la puerta todo el día lo tengo. Y bien que sabes que aunque estés en el trabajo, con tus proyectos, yo te espero. Llueve afuera. Son días de mucha lluvia. Se oye en las noticias, media ciudad inundada, tráfico y caos. No importa, yo te espero. Con delicadeza te preparo el alimento. Aunque estén los días nublados. Porque esta casa es tu reino. El de los dos. Aquí viviremos...
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